viernes, 16 de septiembre de 2011

Independencia de México

Independencia de México
(16 de Septiembre de 1810 al 21 de Septiembre de 1821)
Fue el resultado de un proceso político y social resuelto por la vía de la lucha armada, que puso fin al dominio español en los territorios de Nueva España. La lucha por La Independencia de México inició con el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810 y terminó con la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.
La Ilustración y las revoluciones liberales de la última parte del siglo XVIII fueron fundamentales para el movimiento. La crema y nata ilustrada comenzaba a reflexionar acerca de las relaciones de España con sus colonias. Los cambios sociales y políticos derivados de las reformas borbónicas, a los que se sumó una profunda crisis económica en la Nueva España, también generaron fastidio entre la población.
La ocupación francesa de la metrópoli en 1808 desencadenó en Nueva España dificultades políticas que convergió en la lucha armada. Ese mismo año, el rey Carlos IV y Fernando VII abdicaron sucesivamente en favor de Napoleón Bonaparte, que dejó la corona de España a su hermano José Bonaparte. En respuesta, el ayuntamiento de México (con el soporte del virrey José de Iturrigaray) reclamó la soberanía en ausencia del rey legítimo; esto acarreó a un golpe de Estado contra el virrey y llevó a la cárcel a los dirigentes del movimiento.
Con todo y que los criollos fueron derrotados en la Ciudad de México en 1808, en otras ciudades de Nueva España se reunieron células pequeñas de conjurados que pretendieron seguir los pasos del ayuntamiento de México. Como ocurrió en el caso de la conjura de Valladolid, descubierta en 1809 y cuyos participantes fueron encarcelados. La conspiración de Querétaro de 1810 estuvo a punto de correr la misma suerte pero, al ser descubiertos, optaron por comenzar la lucha armada el 16 de septiembre junto a los habitantes indígenas y campesinos del pueblo de Dolores (Guanajuato), emplazados por el cura Miguel Hidalgo y Costilla.
Desde el año de 1810, el movimiento independentista pasó por varias fases, pues los continuos líderes fueron apresados o ejecutados por las fuerzas leales a la Corona. Se reivindicaba la soberanía de Fernando VII sobre España y sus colonias, pero los líderes independentistas asumieron posturas completamente radicales, incluyendo cuestiones de orden social como la abolición de la esclavitud. José María Morelos y Pavón llamó a las provincias independentistas a conformar el Congreso de Anáhuac, que le dio al movimiento insurgente de un marco legal adecuado. Después de la derrota de Morelos, la lucha se redujo a una guerra de guerrillas. A principios de 1820, quedaban algunas células de insurrectos, sobre todo en Veracruz y en la sierra Madre del Sur.
La restitución de la Constitución de Cádiz en 1820 alentó el cambio de actitud de la sociedad novohispana, que hasta ahí habían defendido el dominio español. Los criollos monarquistas decidieron apoyar la independencia de Nueva España al verse perturbados sus intereses, por lo que decidieron unirse a la resistencia insurgente. El brazo militar de los conspiradores fue dirigido por Agustín de Iturbide, y a principios de 1821 pudo reunirse con Vicente Guerrero, quienes proclamaron el Plan de Iguala, que convocó a la unión de todas las células insurgentes junto con el apoyo de la aristocracia y el clero de La Nueva España. La independencia de México se consumó el 27 de septiembre de 1821. Nueva España se convirtió en el Imperio Mexicano, una momentánea monarquía católica que dio paso a una República Federal en 1823. Tras algunos intentos de reconquista y el fallecimiento del monarca Fernando VII, España reconoció la independencia de México en 1836.
La conspiración de Querétaro y el Grito de Dolores
Ignacio Allende y Mariano Abasolo fueron los simpatizantes de los conjurados de Valladolid. Cuando ésta fue descubierta, instauraron una nueva conspiración que tuvo su asiento definitivo en Querétaro. Las reuniones se efectuaban de manera escondida en casa del corregidor, Miguel Domínguez. Allende estaba al frente de los conjurados, entre quienes se hallaban el propio corregidor, Miguel Hidalgo y Costilla, Juan Aldama y Josefa Ortiz de Domínguez Los conjurados buscaría antes que nada, la deposición de los españoles en puestos de gobierno, apoyados por un levantamiento que iniciaría el 1 de octubre.
La conspiración fue descubierta el 9 de septiembre por José Mariano Galván. Otras evidencias llegaron a oídos del comandante Ignacio García Rebolledo, que ordenó el cateo de la casa del Corregidor y la aprehensión de los hermanos González. Josefa Ortiz de Domínguez envió a Ignacio Pérez para alertar a los conspiradores en San Miguel el Grande, fue capturada en compañía de su marido y otros conspiradores.
El comunicado de la Corregidora llegó a Juan Aldama, mismo que lo llevó a Dolores el 16 de septiembre. Con el apoyo de presos que liberaron de la cárcel, los insurgentes detuvieron al delegado Rincón y se fueron al atrio de la iglesia, donde, Miguel Hidalgo requirió a los asistentes a levantarse en armas contra el mal gobierno; a este hecho se le llama “Grito de Dolores” y se considera el inicio de la lucha por La Independencia de México.
Características del movimiento insurgente de 1810-1811.
Entre 1785 y 1786, en Nueva España se había producido una de las crisis agrícolas más grandes de su historia, provocando una hambruna en la que murieron cerca de 300 000 personas. Entre 1808 y 1809 una grave sequía en El Bajío había reducido las cosechas, por consiguiente los alimentos habían cuadruplicado sus precios. Por otra parte, las guerras en Europa habían provocado escasez y desempleo. Ante esta situación los campesinos vieron en Hidalgo a un líder que podría conducirlos a una vida mejor. Fue así que los insurgentes lograron conseguir adeptos rápidamente. Contaba además con los refuerzos que pudieran proveerle Allende y Mariano Abasolo, oficiales del Regimiento de Dragones de la Reina en San Miguel el Grande.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Desiderata



Desiderata
Camina plácidamente entre el ruido y la prisa, y recuerda que puedes encontrar la paz en el silencio...
Hasta donde sea posible trata de mantener buenas relaciones con todo el mundo...
Di tu verdad serena y claramente; y escucha a los demás , incluso al torpe y al aburrido;
ellos también tienen su propia verdad...
Evita las personas ruidosas y agresivas, porque son un mal para el espíritu...
Sí te comparas con los demás, te volverás vanidoso y amargado, porque siempre habrá personas mejores o peores que tú...
Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes ...
Mantén el interés en tu propia carrera, por más humilde que ésta sea, es lo único verdadero que posees...
Sé cauto en los negocios; porque el mundo está lleno de egoísmo, pero no permitas que esto te ciegue al punto de no ver que la virtud existe; muchas personas luchan por nobles ideales y en todas partes la vida esta llena de heroísmo...
Sé tú mismo...
En especial no finjas afecto...
No seas cínico en el amor; porque a pesar de toda la aridez y desengaño,es tan perenne como la hierba...
Alimenta la fortaleza de tu espíritu para que te proteja contra la adversidad.
No te atormentes con tu imaginación...
Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad...
Además de una sana disciplina, sé gentil contigo mismo.
Tú eres una criatura del universo, no menos que los arboles y las estrellas...
Tienes derecho a existir...
Y aunque este claro o no para ti,no dudes que el universo marcha como debiera !!...
Por lo tanto, debes estar en paz con Dios, no importando cuál sea tu idea de El...
Y cualesquiera que sean tus trabajos y aspiraciones, en la ruidosa confusión de la vida, mantén la paz con tu espíritu...
Porque a pesar de toda la hipocresía, del arduo trabajo y de los sueños fallidos, el mundo es todavía un lugar hermoso...
Sé alegre...
Esfuérzate por ser feliz !!!!!!!!!

En Memoria al Sr. Jorge Lavat Bayona
(3-agosto-1933 / 14-septiembre-2011)
q.e.p.d.

Biografía
En su adolescencia quería estudiar aviación. A los 17 años de edad se radicó en Tijuana, Baja California, donde durante 7 años desempeñó diversos empleos. De regreso al Distrito Federal fue contratado como gerente nocturno del Hotel Montecasino. Siempre acompañaba a sus hermanas a los Estudios San Angel Inn en donde le ofrecieron sus primeros papeles como extra.

En el año 1957 entró a trabajar en la televisión haciendo doblaje a series de la televisión norteamericana como "Los locos Adams", "Los intocables", "El túnel del tiempo" y "El avispón verde".

También trabajó simultáneamente en el teatro. En el año 1958 el productor Gregorio Wallersten le dio la gran oportunidad de trabajar al lado de Germán Valdés "Tin Tan" y María Antonieta Pons en la película "Las mil y una noches".
Nacido en un 3 de agosto de 1933, Jorge Lavat Bayona tenía un espíritu aventurero. Su sueño era ser aviador, a los quince años se fué de la Ciudad de México a Tijuana. Eventualmente regresaría al DF a trabajar como gerente nocturno del Hotel Montecasino. Su hermana Queta Lavat ya era actriz, y Don Jorge la acompañaba a los estudios de San Ángel, así inicio su carrera de actuación, como extra y luego doblando programas de televisión al castellano. En 1958 debutó en el cine junto a Tintán y María Antonieta Pons en “Las Mil y una noches”. Aunque sería destacado actor de cine y teatro, las telenovelas le acarrearan la fama.

Curiosamente, inició su carrera televisiva con la primera telenovela de la historia: Senda Prohibida en 1958. La seguirían una cadena de teleteatros en los 60’s.

Su primer protagónico como Marcos Belmar en esa saga maternal de Silvia Derbez llamada Cruz de amor donde él era patrón de Doña Cruz, pero solo al final descubría que también era su yerno. El rol que lo llevó a la fama fue el del oficial Osvaldo Leruc en Yesenia de Yolanda Vargas Dulché.

Era inolvidable incluso en papeles pequeños como el fotógrafo Jaime López, amigo de los Yaquis, víctima de las tropas de Don Porfirio y esposo de La Doña, María Félix en La Constitución. ¡Qué de recuerdos! Fue el más díscolo de Los Hermanos Coraje. ¿Cómo no llorar la muerte de Jerónimo que de minero pasa a político, pero vive atado al amor por su hermana adoptiva (Sonia Amelio)? ¿U odiarlo como el perverso Héctor cómplice de El Honorable Señor Valdés (Ignacio López Tarso) de quien también llega a ser yerno?
A fines de los 70’s, sigue siendo galán. De Saby Kamalich en Mi Hermana La Nena y de Lupita Ferrer en Julia, como una profecía del romance que vivirían en su ultima novela Eva Luna. Ya en los 80’s, le toca hacer de padre. Lo será de Thalía en Quinceañera y de Cecilia Tijerina en Muchachitas.
A fines de los 90’s hizo algunas telenovelas para TV Azteca y retornó al cine con un aplaudido papel protagónico. En “El Estudiante” da vida a un señor setentón que imbuido por un espíritu quijotesco se atreve a retomar sus estudios e ir a la universidad y, aún más asombroso, atraviesa la brecha generacional y logra hacer amistad con sus jóvenes compañeros.

El máximo trabajo Telenovelero de Jorge Lavat lo hizo en Univisión, como el mágico Don Julio, protector y hado padrino de Eva Luna. Se le vió tan lleno de energía, de sentido del humor, tan dedicado a su trabajo. Fue un papel fabuloso que hizo que muchos se colgaran de la novela para ver las aventuras de Don Julio en su afán de hacer justicia. Eran de admirar sus conspiraciones y trampas que terminan derrotando a su nefasta esposa Marcela (Susana Dosamantes).
Una infección provocada por una cirugía a la columna vertebral llevó a los médicos a inducirle un coma del cual nunca despertó.

Jorge Lavat y la canción hablada

1.Desiderata
2.La mujer que yo quiero
3.Como has hecho
4.Wendolyn
5.Porque yo te amo
6.La distancia es como el viento
7.Anónimo veneziano
8.Yo quiero dibujarte
9.La historia de tu adios
10.Te quiero, te quiero

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Epístola de Melchor Ocampo

Este es el único medio moral de fundar la familia, de conservar la especie y suplir las imperfecciones del individuo, que no puede bastarse así mismo para llegar a la perfección del género humano. Este no existe en la persona sola sino en la dualidad conyugal. Los casados deben ser y serán sagrados el uno para el otro, aún más de los que es cada uno para sí. El hombre cuyas dotes sexuales, son principalmente el valor y la fuerza, debe dar y dará a la mujer protección, alimento y dirección; tratándola siempre como la parte más delicada, sensible y fina de sí mismo y con la magnanimidad y benevolencia generosa que el fuerte debe al débil, esencialmente cuando este débil se entrega a él y cuando por la sociedad, se le ha confiado. La mujer cuyas principales dotes son, la abnegación, la belleza, la compasión, la perspicacia y ternura, debe de dar y darán al marido obediencia, agrado asistencia, consuelo y consejo, tratándolo siempre con la veneración que se debe de dar a la persona que nos apoya y defiende y con la delicadeza de quien no quiere exasperar la parte brusca irritable y dura de sí mismo. El uno y el otro se deben y tendrán respeto, diferencia, fidelidad, confianza y ternura, y ambos procurarán que lo que el uno no esperaba del otro al unirse con él no vayan a desmentirse con la unión. Ambos deben prudenciar y atenuar sus faltas. Nunca se dirán injurias porque las injurias entre casados deshonran al que las vierte y prueba su falta de tino o de cordura en la elección, ni mucho menos maltratarán de obra porque es villano y cobarde abusar de la fuerza. Ambos deben prepararse con el estudio y amistosa mutua corrección de sus defectos a la suprema magistratura de padres de familia, para que cuando lleguen a serlo, sus hijos encuentren el buen ejemplo y una conducta digna de servirles de modelo. La doctrina que inspiren a estos tiernos y amados lazos de sus afectos hará suerte próspera o adversa; y la felicidad o desventura de los hijos será la recompensa o el castigo, la ventura o desdicha de los padres. La sociedad bendice, considera y alaba a los buenos padres, por el gran bien que le hacen dándole buenos y cumplidos ciudadanos y la misma censura y desprecia debidamente los que por el abandono, por mal entendido cariño, o por su mal ejemplo, corrompen el depósito sagrado que la naturaleza les confió concediéndoles tales hijos. Y por último cuando la sociedad ve que tales personas no merecían ser elevados a la dignidad de padres sino que sólo debían haber vivido sujetas a tutela, como incapaces de conducirse dignamente, se duele de haber consagrado con su autoridad, la unión de un hombre y una mujer que no han sabido ser libres y dirigirse por sí mismos hacia el bien.